dijous, 30 de setembre del 2010

LA PAPOSITAT INTEL·LECTUAL

D’igual manera que vegetativament en diem “estar papós” a l’estat energéticament poc disponible que correspon a una digestió pesada, podem definir un funcionament intel·lectual de similars característiques.

Evitem d’entrada, per fora de tema, qualsevol interpretació que, davant d’aquelles deficiències, passi pels suposats baixos coeficients i tot allò... No es tracta de mesurar la “potència intel·lectual”, sinó primerament d’advertir el grau d’energia amb que ens funciona, el grau de claredat i gust en el pensar, i el grau d’harmonització en la seva relació amb el cos i els sentiments.

L’estat que podem definir, quasi graciosament, com de papositat intel·lectual, es produeix perquè al centre intel·lectual no li arriba una càrrega energètica suficient, ja sigui per que l’energia està bloquejada en centres inferiors (vegetatiu-sexual, motriu o emotiu), o bé per que, fruit de les contradiccions, l’emoció i la motricitat marxen en una altra direcció que la idea.

Així, l’estat de papositat intel·lectual hauria d’entendres sempre com un inconfusible impediment per a una mínima atenció, per a una mínima aspiració empàtica, i per a una mínima intenció d’aprenentatge i millora individual. No caldria ni mencionar que, subtilment o notablement, l’afectació etílica i de determinades substàncies ingerides o inhalades ens porten a aquest estat.

Aspirar a la claredat intel·lectual, és aspirar a la conformació d’un Centre de Gravetat (unitat o acord amb un mateix) en l’estructura psicofísica bàsica pròpia, donat que el seu centre de resposta correspon a la cúspide rectora del circuit.
Qualsevol accés a exploracions més enllà de la raó, del cos, dels centres de resposta bàsics (vegetatiu, sexual, motriu, emotiu i intel·lectual) i, per tant, del “jo” psicològic, passa per la posada en fase (coherència i unitat) dels circuits energètics de la pròpia estructura psicofísica.

Que l’energia arribi clara i potent a l’intel·lecte, ni que sigui en unes poques hores del dia, es tan crucial que possibilita o, si no arriba, impedeix ja l’auto-formulació de les preguntes oportunes i adequades sobre la pròpia vida, la felicitat, la mort, l’afecte, la continuïtat, el sofriment, l’auto-sincerament i reconeixement afectiu i de situació, i sobre totes les coses essencials.

La simple papositat intel·lectual, doncs, pot ser usada com a indicador de necessitat de canvi.

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(en castellano)

LA PAPOSIDAD INTELECTUAL

De igual manera que vegetativamente llamamos “estar paposo” al estado energéticamente poco disponible que corresponde a una digestión pesada, podemos definir un funcionamiento intelectual de similares características.

Evitamos de entrada, por fuera de tema, cualquier interpretación que, ante aquellas deficiencias, pase por los supuestos bajos coeficientes y todo aquello... No se trata de medir la “potencia intelectual”, sino primeramente de advertir el grado de energía con que nos funciona, el grado de claridad y gusto en el pensar, y el grado de armonización en su relación con el cuerpo y los sentimientos.

El estado que podemos definir, casi graciosamente, como de paposidad intelectual, se produce porque al centro intelectual no le llega una carga energética suficiente, ya sea porque la energía está bloqueada en centros inferiores (vegetativo-sexual, motriz o emotivo), o bien porque, fruto de las contradicciones, la emoción y la motricidad marchan en otra dirección que la idea.

Así, el estado de paposidad intelectual debería entenderse siempre como un inconfundible impedimento para una mínima atención, para una mínima aspiración empática, y para una mínima intención de aprendizaje y mejora individual. No habría ni que mencionar que, sutil o notablemente, la afectación etílica y de determinadas sustancias ingeridas o inhaladas nos llevan a este estado.

Aspirar a la claridad intelectual, es aspirar a la conformación de un Centro de Gravedad (unidad o acuerdo con uno mismo) en la estructura psicofísica básica propia, dado que su centro de respuesta corresponde a la cúspide rectora del circuito.
Cualquier acceso a exploraciones más allá de la razón, del cuerpo, de los centros de respuesta básicos (vegetativo, sexual, motriz, emotivo e intelectual) y, por tanto, del “yo” psicológico, pasa por la puesta en fase (coherencia y unidad) de los circuitos energéticos de la propia estructura psicofísica.

Que la energía llegue clara y potente al intelecto, aunque sea en unas pocas horas del día, es tan crucial que posibilita o, si no llega, impide ya la auto-formulación de las preguntas oportunas y adecuadas sobre la propia vida, la felicidad, la muerte, el afecto, la continuidad, el sufrimiento, el auto-sinceramiento y reconocimiento afectivo y de situación, y sobre todas las cosas esenciales.

La simple paposidad intelectual, pues, puede ser usada como indicador de necesidad de cambio.

1 comentari:

Unknown ha dit...

Hola,Xavi, me ha gustado el tema que tratas en este blog: la paposidad intelectual en relación con la paposidad energética de los centros de respuesta. y creo que tiene mucho que ver lo energético con lo intelectual, porque si la energía no circula con fluidez por los centros menores (vegetativo-sexual por ejemplo) por bloqueo o embotamiento por ingestión de determinadas sustancias, entonces no alcanzará al centro intelectual y, por ende, la conciencia no hará operaciones mentales con los datos de que dispone en memoria para entender las cuestiones importantes de la vida: el sentido y el ser, o cuestiones más cotidianas, como los actos contradictorios y sus conscuencias. Por otro lado, me ha gustao leer en catalán -no lo hablo- para ver cuánto recordaba de haber vivido en tu tierra hace años. No reconocí la palabra "cos" y no sé qué significa exactamente. yo la traduje como "cuerpo". Bueno gracias y hasta pronto.