diumenge, 9 d’octubre del 2011

Victimismo o liberación

Hemos de que reconocer que cuando algún tipo de violencia hace mella en nosotras, así como cualquier otro de nuestros estados de ánimo, su gestión pasa a ser cosa estrictamente nuestra.

Será muy bueno que busque la solución en mi, sin depender de lo que otras personas hagan o dejen de hacer. Vivir en esa dependencia es victimismo.

Habrá que ver con qué recursos cuento y qué trabas padezco. Desde mi saludabilidad corporal y sexual, hasta mis interpretaciones intelectuales de lo que sucede, pasando por los movimientos que haga y los sentimientos en los que me regodee, todo queda comprometido en la búsqueda (o renuncia a esta) de una resolución interna.

Lo interpretativo puede ayudar. No es lo mismo decirme que el mundo es una mierda, que está contra mi y que nací en mala época, que decirme que estoy recibiendo, por ejemplo, violencia generacional y que puedo resistirla sin que me venza.

Pero más allá de lo interpretativo seguirá imponiéndose lo emocional, porque la energía que nos mueve este tipo de respuestas es anterior a la que llega a la cabeza.

Así, si bien lo interpretativo está estrechamente relacionado con lo emocional, develándome claridad o confusión, si quiero salir del victimismo he de llegar a una síntesis llamada Reconciliación.

La Reconciliación es lo inverso al victimismo, porque es la única solución que nos deja libres para avanzar en la superación de aquello que nos hace daño, para luchar por un mundo más justo y humanizado. Seguir acusando a otros de ese daño, es depender, es victimizarse, es no poder operar ni direccionar más allá de la pataleta reactiva infantil...

Es la acción basada en la Reconciliación (y no en la vindicación) la que nos permite liberarnos paso a paso.

Xavier Batllés - Barcelona, 03-10-11